Un caballero algo bajito y bastante rechoncho, con ese bigotito pintado a plumilla tan casposo se acerca sudoroso a la barra: ".- Ponme un SAN FRANCISCO, chaval, que ahora vengo!", me dice (casi me grita) mientras vuelve a los brazos de una señora embutida en unas mallas doradas y una blusa floreada, que parecia estar resoplando tras correr la Marathon. Al rato vuelve y le sirvo la bebida bien decorada con su sombrillita y todo. El paga, yo cobro y se aleja bebiendose el coctel de frutas, mientras yo sigo atendiendo a los clientes de la barra cuando me percato de que el señor esta esperando con la copa a la mitad y la cara seria . Cuando me acerco a preguntarle si hay algún problema con la bebida me reprende ".- Oiga, esto no es lo que yo le he pedido!". El Maitre se acerca a interesarse por el problema y el señor, muy ofendido reitera que yo no le he servido lo que el pedia, que esto no era serio, preguntandose porque le engañaba y casi pidiendo mi cabeza en una bandeja de plata! El Maitre me dice que le sirva al señor lo que ha pedido y disculpandose ante el cliente me amenaza con el consabido "Ya hablaremos".
(varios testigos de Alemania, La rioja, Valencia y Barcelona pueden dar fe de ello)
ummmmmmmm tendré que probar el san francisco ...
ResponderEliminarme gusta tu blog ♥ besos ♥
Desde luego... te tocan to los catetos :P
ResponderEliminar