17 de enero de 2012

Las Abuelas y sus Hierbas Medicinales


".- ¿Me das una tacita de agua caliente?... es para unas hierbas que me ha recetado el médico".

Esta, es la frase estrella entre la población nonagenaria ( y no tanto) que  invadian las cafeterias del Hotel entre los horarios del almuerzo a la cena y entre la cena y el fin del baile. Cuiosamente se prodigaba por entre los presentes, transcurridos un par de dias de su llegada(y a veces desde el mismo dia del check-in).

La primera vez que lo escuche, pense que realmente deberian de encontrarse mal y les comentaba  preocupado (inocente de mi)   ".- Vaya, ¿les ha sentado algo mal en la comida? pueden pedir hora de visita con el Doctor en la recepción" pero ellas (siempre ellas) me miraban con una sonrisita de abuelita de cuento y decian ".- No, no te preocupes, son unas hierbas que me ha recetado el médico mio". Por supuesto, les serviamos el agua caliente en tazas de infusión y no cobrabamos nada.   ".- Gracias, hijo...aaah... que bueno eres" decian mientras se arremolinaban en las mesas para jugar sus partidas interminables, ruidosas como una troupe de gallinas y sumamente competitivas (menudas peleas por ganar!)

Jugaban, gritaban, aplaudian,  chismorreaban, se hacian fotos en todas las esquinas, nos pedian incansables, a cada momento, que les cambiasemos de canal en los diversos televisores que habia por el amplio salón, para ver los culebrones, las tertulias de chismorreos, el partido de futbol (eso más los hombres) etc..., y cuando ya se cansaban tras varias horas, o tocaba ir al comedor, o comenzaba el baile (un tema a parte el del baile) o simplemente estabamos recogiendo para cerrar la barra a la media noche; venian solícitas con la tazita del reves en el plato como una corte de monjitas en misa.
Por supuesto que con ese trajín de aguas calientes y hierbas medicinales, la cafetera no paraba de trabajar pero la caja se resentia, hasta que me fije en una pobre despistada que se olvido el cuerpo del delito, y al levantar la taza, descubri ...un sobrecito goteante de Manzanilla de una marca comercial que se vendia en el supermercado del pueblo!!.

Al dia siguiente, esperaba la llegada de la corte de abuelas y cuando comenzaron a pedir de nuevo ".-¿ Nos pones las tazas de agua caliente para nuestras hierbas medicinales, hijo?" les respondi alto y claro para que me oyeran todas (ellas y las que estaban sentadas) ".- Claro que si, y los sobres de Tila, o Poleo de los del Hotel ,¿verdad? que són mejores que los del super".

(la picaresca no tiene edad)



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