6 de enero de 2012

PEÑISCOLA PLAZA SUITE, Verano del 2007





Sonaba el piano en el salón mientras el señor cliente sentado en las mesas más cercanas a los aseos y el cambiador se parapetaba tras el ABC. 

El camarero intentaba servir al resto de clientes y no caer por las continuas patadas y zancadillas que un mocoso engominado de 5 años le propinaba, a pesar de las escasas, despreocupadas, languidas y cansinas advertencias que su padre balbuceaba tras el periodico ".- Borjaaa, no moleeessteess"


La madre, luciendo un encarnado y reventón "guiri-carmesi" en sus opulosas carnes y enjoyada entre osos y otros chismes, jugueteaba con Macarena, posada en dos sillones encarados a modo de cuna mientras se quejaba a su marido (airada y más que ofendida) de que el buffet libre no tuviese salmón ahumado. 

Cuando la familia enfiló hacia sus habitaciones, el camarero retiró el servicio de café , el botellín de agua (del super) con los restos de galletas 

(tambien del super) y el paquetito que tan curiosamente dejaron en el centro de la mesa...

".- Ten cuidado..." le dijo a su compañera de la barra mientras le alcanzaba el presente, " ...que Macarena nos ha dejado un regalito!!".


(cuanto más aparentan, menos son)

1 comentario:

  1. Pues para no ser escritor... lo haces realmente bien. Ánimo con este rinconcito, tiene una pinta increíble.
    Yo andaré por aquí siguiendo tus letras.

    Un besazo.

    Jana

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