17 de febrero de 2012

UNAS CAÑITAS DE CERVEZA!




Ya era la tercera vez que me llamaba la atención la encargada de la barra, por el tema de los tiradores de cerveza.


".- Otra vez igual?!¿Es que no limpiais los grifos del tirador cada noche antes de cerrar?!" me atacó nerviosa, ".- Claro que si, lo hice yo, anoche y las otras veces... La verdad es que no lo entiendo..." respondí balbuceando dolido por lo que creia una falta de confianza en mi palabra y mi dedicación en el trabajo. ".- Pues no es lo que dice, Montse, que cada mañana se encuentra todo sucio y hasta alguna jarra! " me contesto en un tono tan alto que se oia en la toda la sala,  ".- Que sea la ultima vez que tenga que decirte nada! A ver si aprendemos a hacer el trabajo...Esta noche ya lo hare yo!! (no se os puede confiar nada)" rezongó entre dientes mientras yo salia del office  acalorado y ofendido, dandole vueltas al misterio.

No comprendia nada. Cada noche a las doce, se cerraba el servicio de la cafeteria principal. Recogiamos y reorganizabamos las mesas en las que habian estado jugando los clientes a cartas o dominó mientras se tomaban algún cafe o te o quizas alguna cerveza, limpiabamos la cafetera, los grifos de cerveza y estanterias, retirabamos los arboles expendedores de licores y alcoholes y los dejabamos dentro del office cerrados con llave, colocabamos los candados en las neveras de botellas, limpiabamos la vajilla y vaciabamos la máquina lavadora, para que el turno de la mañana lo encontrara todo en orden. ¿Cómo podia ser que nos acusaran de dejarlo todo sucio de cerveza y con vasos por lavar?. Solo se me ocurria pensar que los camareros del turno de mañana mintieran, pero... ¿por qué?...



Como las otras noches, al cerrar el servicio, fuimos limpiando y recogiendo. Los pocos clientes que quedaban rezagados, se despedian hacia las habitaciones o se dirigian al Piano-Bar, que continuaba abierto hasta las dos y media de la madrugada. Mientras yo acababa de recoger, unos clientes que jugaban a cartas en la mesa más apartada junto a la barra pidieron unas jarras de cerveza a la encargada ".- Antes de que lo limpies, bonita!".Ella (todo sonrisas) les sirvió mientras bromeaba sobre lo que duraba la partida cada noche. ".- Huuuy!, esto es un vicio, pero no te preocupes por nosotros, cuando nos vayamos te lo recogemos todo, eh?" decia una de las señoras entre las risas de los maridos. Asi, dejandoles solos con su partida entre risas mientras la encargada me comentaba lo simpaticos que eran y " ...buena gente..." ,nos fuimos atravesando el gran hall comunitario hasta la recepción, para dejar las llaves y la caja del dia al recepcionista y volver cada uno a su casa.




Al dia siguiente..... Ooooh, misterio!... la camarera del turno de mañana volvió a quejarse con ese rentintineo pedante que gastaba, de no limpiar los tiradores y dejar las jarras sucias en una mesa!!. ".- Otra vez igual,  os dejasteis todo los tiradores sucios de cerveza y los vasos por lavar!" nos acusaba  con recochineo mirandome solo a mi. Ante la estupefacción de la encargada que no comprendia nada,  respondí cinicamente dirigiendome hacia ella: " .- Vaya parece que cuando llueve todos se mojan, no?... ¿Que tal sabe?" mientras ella asimilaba su error por  mal juzgarme sin el beneficio de la duda y balbuceaba unas torpes palabras,  intentando disculparse por la bronca inmerecida que recibí injustificadamente el dia anterior.



Aquella noche, tras comprobar las camaras de seguridad por sugerencia nuestra, la encargada decidio desenchufar las mangueras de los bidones ( que estaban dentro del office), con lo que al siguiente dia por la mañana, los grifos expendedores de cerveza amanecieron limpios e impolutos y el grupito de jugadores retozones, se despidieron antes de lo normal por la noche, eso si, algo más callados y menos sonrientes que de costumbre.


(desde entonces, no volvimos a tener "fantasmas cerveceros")


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