17 de noviembre de 2012

SPA!...SPA!!!



Cuan desagradable resulta el tener que bregar con clientes alcoholizados, maleducados e impertinentes, baboseando y bailoteando sin rumbo fijo al caminar, mientras se esfuerzan en demostrar (entre risas ridiculas, mascullando y parloteando ininteligiblemente) que estan en plenas facultades; hasta que se caen de bruces sobre sus posaderas y estallan en carcajadas por su propia torpeza... pero aún más, si cabe, cuando quien da tan esperpentico y vergonzoso espectaculo es una mujer ( y no por eso se me tache de machista).



Aquella noche entraron por la puerta como una deplorable caricatura de si mismos. Los dos rezumaban más alcohol del que podrian soportar los higados más versados a la autodestrucción etílica. Parecian más la típica-tópica imagen del güíri playero de turismo de borrachera que lo que eran en realidad, adinerados turistas en un establecimiento de alta categoria. El, delgadito y tirillas, se movia torpe y zimbreante al "caminar" y ella, fornida teutona cual musa de Botero,  aplomando a cada zancada como un vacilante paquidermo. Nada más pasar (con bastante dificultat) por la puerta principal,  se abalanzaron contra la barra del bar balbuceando torpemente algo de lo que tan solo entendí "...Spa"!

Reconozco que mi fuerte no son los idiomas, (aunque me defiendo humildemente mejor en francés que en inglés), pero si a la ecuación le tenemos que sumar un idioma eslavo indeterminado y la espasmofemia propia por exceso de ingestión etílica, el resultado final es nulo por necesidad.

".-...Spa...?" interrogué temerosamente a la clienta, mientras procuraba eludir los agrios efluvios etílicos que emanaba a cada palabra suya, con una educada sonrisa y mirandole a los vidriosos ojos inertes, propios de tan deplorable estado, que me escrutaban sin verme.

 Ante su exclamación de jubilo por la palabra Spa, que lanzó a voz de grito histérico, alzando y manoteando frenéticamente los brazos y dando saltitos de "teenager" beoda, ( cosa que provoco el peligroso tintineo de todas las botellas y cristaleria del bar), le indique cortesmente a mi compañero en la Recepción para que cursara la reserva y le informase.

Luis, el recepcionista, se apresuro a indicarle muy educadamente como acceder al Spa del Hotel mientras la sra., clienta ponia todo su empeño en conquistarle con sus atributos, a la espera de conseguir una lujuriosa cita,  invitandole abiertamente a disfrutar juntos del baño!!!....; cosa que muy amablemente el eludió, reiteradamente, (menudo trago para un homosexual!) entre nerviosas risas fruto de la vergonzosa situación y con el marido de la susodicha recostado (más bien desplomado) en el sillón contiguo.

A pesar de la negativa, ella insitía con sus lascivos pavoneos y posados cada vez mas ridiculos, hasta que por fín, el marido desperto del letargo temporal en que se veia sumido (tremenda borrachera) y entre risas y disculpas, casi arrastrandola, consigió llevarsela en el ascensor mientras la "Diva" no dejaba de lanzarnos besos al aire y guiños complices.

(... mucho dinero, si... pero sin un ápice de vergüenza ajena...)