28 de febrero de 2012

ESAS BARRAS DE VERANO!




".- Menuda monotonía!!" me dije  bostezando mientras me desperezaba del sopor en el que me sumergí tumbado en la hamaca , despues de dormitar un par o tres de horas al sol.

Como cada dia, me desperté sobre la 1 ó las 2 del mediodia, para  desayunar un par de buenos cafes  y croisants sentado solo, (mis dos compañeros siempre amanecian más tarde), en la terraza del apartamento, en  primera linea de mar, disfrutando del paisaje antes de bajar a la playa.

Desde el primer dia que llegué entable amistad con los camareros del chiringuito que tenia enfrente. Julio era un uruguayo atlético que solo pensaba en ligar con todas las mujeres que pudiese. Siempre tenia una hamaca para mi y no me cobraba el alquiler. Rosa, la cocinera y encargada del tinglado, era de un pueblo de Castellón, una mujer amable pero con mucho caracter y un cigarrillo encendido, siempre entre los dedos. Nos saludabamos y ella me preguntaba ".-¿Comeras aquí?", con una sonrisa y un cierto aire de Mamma, a lo que yo siempre le contestaba lo mismo ".- Si, grácias. Comere una ensalada y un bistec a la plancha, pero cuando me despierte,... jejeje" y me tumbaba en la hamaca a dormitar mientras me tostaba la piel bien untado en aceite protector. Emilio era argentino y tenia una berborrea imparable, (evidentemente). Hablabamos siempre, animadamente y de cualquier cosa hasta que Carmen le reclamaba, con un ligero toque de atención maternal, el acudia cansino para servir alguna mesa  y yo me abstraia en la musica de la micro radio mientras cerraba los ojos tras ver como se desnudaban las dos turistas holandesas de rubios cabellos y blancos, (blanquisimos) pechos,  tonteando coquetas con un Julio pavoneandose ante ellas. Así comenzaban mis mañanas.

".- Menuda monotonia!!" me repetia antes de lanzarme al agua fria y despejarme de golpe con sabor a mar. A media tarde, comía en compañia de el duo de "Valentinos", como le gustaba llamarles a Rosa. Charlabamos de todo y de nada entre cafes y mates y despues de pagarles me despedia hasta la mañana siguiente. Ellos recogian y cerraban el chiringuito mientras se ponia el sol y yo volvia al apartamento. Una ducha reparadora, un buen afeitado y ropa fresca antes de salir por la puerta con mis dos compañeros.

".- Menuda monotonia!!", exclamamos los tres al unísono,  entrando en el coche de Rodrigo, antes de irrumpir entre carcajadas!!!...

Teniamos por delante tres meses de verano, en un apartamento en primera linea de playa, sin otra cosa que hacer que levantarse cada dia a las 12 o la 1 del mediodia, pasarse el dia en la playa tostandonos como güiris y luego, todas las noches sin descanso,... ibamos a trabajar hasta las 6 de la madrugada sirviendo cocteles en la barra de una discoteca llena de turistas venidas de Holanda, Francia, Italia, Inglaterra, Rusia..., y encima, ¡¡cobrando sueldo doble a fin de mes!!.



MENUDA MONOTONIA!!....., ¿verdad?


(las barras de verano merecen más capitulos!)