7 de abril de 2012

DESCORCHANDO CHAMPAGNE


A más ruido...,¡¡ más alegria!!. A más estruendo más aplausos y más risas de aprobación.

Cuantas veces hemos visto a supuestos Maitres, camareros, o a los mismisimos clientes, descorchar ( que no abrir!! ) botellas de Cava o Champagne en ruidoso estruendo y aplaudiendo con algarabia como una corte de infantes pueriles ante un espectaculo circense, ¿cierto?. Empujar el tapón con alevosia, para forzar la explosión del cañonazo que antecede al derrame espumoso, como la erupción de un volcan. Entre risotadas y confusión de copas para contener la etílica eyaculación. Disparar hacia las alturas las "salvas de honor", admirando y alavando la potencia y el alcance, mientras algunos sufren por la integridad de la vajilla o por la propia, tapandose ridiculamente tras la manteleria de mano o parapetandose tras otros comensales.









Por el contrario, yo siempre descorchaba (y sigo haciendolo), como me habia enseñado, en su momento, un conocido productor de Cava Catalán y me corroboraron a posteriori un reputado Maitre y un viejo Mayordomo ya retirado. Siempre con suma suavidad. Sujetando el corcho con la mano izquierda con firmeza y girando toda la botella con delicadeza, manteniendola  perpendicular al cuerpo y conteniendo sutilmente el siseante descorche, para no descompensar con brusquedad la presión del interior de la botella y preservar la burbuja para luego, sujetar la botella con una mano en la base y a ser posible inclinando ligeramente la copa... servir con un ligero cordón.


Sólo así se consigue apreciarlo y paladearlo  en todo su conjunto, me decían, con todos los matices propios de el y sin desbrabarlo  ni restarle fuerza con esas prácticas tan snobs de descorche ruidoso, que aparte de ser una expresión absurda de vanagloria hortera (própia de nuevos ricos ignorantes), es un imperdonable derroche de tan preciados caldos.

Algo así le respondí (...bueno, quizas no con esas mismas palabras, claro) al cliente que ruidosamente se burlaba de mi ante sus acompañantes en la mesa, quejandose porque "... no abriera  la botella de KRUG Grande Cuvée, como es debido..." (sic) y dudando del buen estado de la misma, con bobaliconas risotadas"... por falta de gas..." (sic).


(ya lo decia el refranero popular... "como echarle flores a los cerdos")