24 de marzo de 2012

GORRONES Y ENGREIDOS?... LO PEOR!


".- No, hombre. Apuntala a Jorge, ... el siempre me invita, ¿no lo sabes?" me suelta con una infladisima suficiencia y soberbia, casi insultante y preñada de desprecio cuando le reclamo el pago por los cinco gintónic de Bombay Sapphire que acabo de servirle. Por la educación que tengo y mi buen criterio, prefiero no discutir en vano y me dedico a seguir sirviendo a los clientes que esperaban educadamente y (estos si) pagan las consumiciones sin regateos de mercadillo, mientras el ofendido se pavonea con un grupito de histéricas rubias aquejadas de continuas convulsiones nerviosas de lanzamiento de melena entre risas bobaliconas.

Que mal me sientan estos tipos!... Los Gorrones Engreidos...,  los Sobrados Chuloplayas que son como parásitos garrapateros que siempren van de adulación en adulación a la caza de copas grátis y se pasan la noche bebiendo a costa de los propietarios y encargados de los locales, con la excusa del amiguismo. Sinceramente, nunca los he podido tragar. Acostumbran a ser los mejor posicionados socialmente y con posibles económicos como para pagar una barra libre a todo el local, pero siempre van de prestado ( así no me extraña que esten tan desahogados de capital). Eso si, nunca dejan ocasión en que no puedan lucir sus fastuosos coches, relojes, vacaciones de lujo en la costa, o esquiando, partidas de golf, paddel, tenis, etc., para envidia del prójimo menos favorecido.

".-¡Coño!, si tanto dinero tienes, pagate las copas, Payaso" pense para mis adentros mientras me dedicaba a la clientela sencilla que pagaba sus consumiciones religiosamente, como supongo que pagarían su hipotécas, alquileres y deudas.




A los pocos minutos, apareció Jorge (uno de los socios-propietarios del local) como si fuera el mismisimo Don Hilarión de la "Verbena de la Paloma",  del brazo de una morena y una rubia (teñida) de siliconados labios y pechos aún más extraordinariamente hinflados y amenazantes como misiles atómicos, tras el vertiginoso escote, que le llegaba a una de ellas casi hasta el ombligo y que rebosaban a la otra, como una presa a punto de estallar.




Me pidió un par de Cosmopolitans para las "damas" y un gintónic de London nº 1 (cortito) para el, entre hipócritas y falsos halagos sobre mi y mi habilidad en elaborar cocteles. ".- Y lo que pidan estas chicas (señalando a la parejita de "palomas").... me lo apuntas a mi", me dijo.
".- Deacuerdo", conteste ".-... ¿y lo de el?, me dijo que le invitabas tu." le pregunte señalando con disimulo a su amiguito al otro lado de la barra, que saludo levantando la copa con una sonrisa dentífrica.
".- Oye, que paguen, joder!... aqui estamos para hacer dinero. No somos una ONG!" soltó con cierto desaire.



Tras servirle, volví al otro lado de la barra y con toda la flema británica que pude, le dije:

".- Disculpe caballero, pero me comunica el señor Jorge que debe abonar usted sus consumiciones. ¿Si es tan amable?... son 75 €, muchas grácias"

Entre sorprendido y avergonzado, entre sonrisas nerviosas me responde ".- ...Si, claro, claro, ningún problema" a la vez que me entrega una tarjeta Visa algo más gastada de lo que me hubiese imaginado.

( los hay que tienen la cara de cemento)