10 de enero de 2012

Un café... con gotas!






Dejando de lado los diferentes modos y maneras de pedir y presentar un café que existen en la amplia geografía mundial, hay que tener en cuenta que no siempre podemos conocerlas todas, aunque algunas personas  lo den por hecho (menudo egoismo!) y se molesten soberanamente (vaya egocentrismo!) si no lo haces a la primera.

Aquella tranquila tarde de Domingo apenas teniamos movimiento por la cafeteria principal. El grupo de jubilados que habian llegado estaban descubriendo las habitaciones con caras de bobalicones ante tanto "lujo" mientras pequeños grupitos de teñidas viudas con aires de juventud perdida se retrataban a cada esquina junto a las escaleras, al ascensor panorámico, una columna del hall, las puertas de los aseos...

Mientras las respectivas señoras se encargarían de deshacer equipajes, organizar las habitaciones o seguir con las sesiones fotográficas, un variopinto grupo de ruidosos aldeanos venidos de algún punto de la meseta central tomaron posición de la barra (en toda su amplitud).

.- Una cañita... ponme un vino... que sean dos... tres!!... un anís... niño, un café!

Servidos los señores seguí con la ardua tarea de secar los vasos a mano, cuando me atronaron los oidos: 
.- Niño!... y las gotas?!
.- Disculpe, señor ¿que gotas?
.- Las del café,chaval! - entre socarronas risas de la troupe de "complices"-
.- Usted me ha pedido un café y yo le he servido un café.-conteste con toda amabilidad-
.- Pero, ES QUE EN MI PUEBLO CUANDO PIDO UN CAFE, EL CAMARERO YA SABE QUE TIENE QUE PONER UNAS GOTAS.

LLegados a este punto,le indique al caballero que obviamente no estabamos en su pueblo y por lo tanto no podíamos saber las costumbres y usos de todos los "parroquianos" a la vez que le sugeria  que en lo sucesivo y para poder servirle mejor nos indicase "un carajillo de...". El hombre se molesto (y de que modo) diciendo que el NO QUERIA PAGAR un  carajillo, que solo queria unas gotas en el cafe (ni que decir queda que en realidad lo que queria es ahorrarse de pagar el precio de un carajillo y tomarse uno pagando un café). Lo que no sabia el cliente es que el sistema informatico de cobro (cargo en habitación) NO contemplaba "unas gotas" y que ademas, las dosis de licor estaban medidas por dosificadores fijos (para un estricto control de inventarios), así que intente explicarselo de la mejor manera posible. El hombre acepto, resignandose entre dientes, mientras les decia a sus compañeros ".- Menudo sacacuartos el camarero este, a mi me va a ver bien poco!", pensandose que no le habia oido, a lo que yo le respondí (siempre en el tono más amable que podia) ".- Cuanto lo lamento caballero,... ¿y vienen de muy lejos?", mientras atronaron las risotadas del grupo burlandose de su compañero.

("Halla donde fueras, haz lo que vieras" sabias palabras)

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