Si hablamos de resaca, la primera frase que nos viene a la mente es la mentira más jurada por todos:
".- Se acabó.... no vuelvo a beber nunca más...."
o las justificaciones, absurdas y más engañosas, que sentenciamos en busca de la absolución autocomplaciente, del tipo:
".- ...pero.... si sólo fueron un par de copas...?"
".- ... esto me pasa porque nos dieron garrafón... seguro!..."
y que nos repetimos una y otra vez como un mantra, pero que por más que insistamos, no esconderan la verdadera orgia desenfrenada de alcohol en que nos sumergimos con brabuconeria y como un "Pepito Grillo" nos persigue en la memoria.
Pero no es de esta resaca de la que quiero hablar. En realidad, me quiero referir a la que yo llamo la DULCE RESACA.
La Dulce Resaca, no es otra que esa sensación ligera y sutíl de abotagamiento que nos sobreviene al dia siguiente, al despertar dejando atras una noche en que la reunión entre amigos vació pausadamente, botellas de vino del mismo modo que llenó el aire de risas y carcajadas, como un castillo de fuegos artificiales y nos abrazó las almas de reconfortante y sincera amistad.
La Dulce Resaca es aquella que te envuelve en un suave estado de torpe levitación mientras preparas un reconstituyente cafe mañanero a la vez que rememoras las charlas, las histórias y la alegre camaraderia que reinó en la pasada cena en que nos reunimos Chef's, Maitres y Barmans alrededor de una pequeña barbacoa en el jardín, en una plácida noche de verano.
Hoy estoy resacoso..., si pero me encanta. Estoy sumido en una Dulce Resaca que me acompaña con la nostalgia del tiempo pasado y el deseo de repetir. Gracias a los amigos de verdad, a aquellos que como las estrellas, aunque no los veas siempre, siempre sabes que estan y puedes contar con ellos.
Muy buenooo!!!!!!!!
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