4 de febrero de 2012

CONFUSIONES DE UN BORRACHO

Era el tipico bebedor solitario que se sienta en una esquina de la barra y  pasa las horas bebiendo en silencio entre un cigarrillo y otro, con la mirada perdida entre sus propias miserias, saliendo de su abstracción para alzar la botella vacia de cerveza a modo de exigencia,( que no suplica), pero era del todo inofensivo. Venia, se sentaba, bebia, fumaba y hablaba solo, paga al contado cada vez que le serviamos y cuando al fin decidia irse, siempre preguntaba ".- Eeeh! se debe algo?... no?.... pues vale".

Aquella noche entro por la puerta con cierta dificultat, discutiendo consigo mismo a viva voz. Se apoyo trabajosamente en la barra dandome la espalda, y girando levemente la cara por encima de su hombro izquierdo, mascullo con voz cavernosa y atropellada: ".- Ponme un gintonic". Le pedi que me lo repitiera ya que apenas comprendi nada, entre el ruido que se levantaba con la musica y las voces de los demas clientes. ".- Eh?... un gintónic, que me pongas un gintónic te digo!" graznó colérico, exhalando un desagradable y profundo hedor agrio, de vino barato y estomago sucio. Los clientes que estaban a su lado en la barra se separaron molestos, eludiendo el mal caracter y el perceptible aroma que transpiraba. ".- Un gintonic , ¿de qué?" le pregunte sorprendido por la novedad. "... de Ballantines!... ponme un gintónic de Ballantines!" me dijo apremiante. Entre las risas burlonas   de los clientes que estaban a su lado en la barra y yo mismo, por la confusión, le replique: ".-Vamos a ver, Ballantines es un Whisky, no sera de Beefeater, por ejemplo?". Como si le hubiese tocado un resorte, grito  ".- Coñoooo!.... un gintónic! un gintónic, joder! ... un gintónic de Ballantines o de Beefeater, me da igual!"  girandose para quedar frente a frente ante mi, escupiendo a cada palabra.  Fue entonces cuando pude verle los ojos. Dicen que los ojos son el espejo del alma y aquel pobre hombre tenia el alma inyectada de alcohol, de soledad, de frustración, de rabia, enrojecidos y acuosos, preñados de ira y desesperación, a punto de explotar. Senti verdadera lástima por el, por lo que fuera que  le arrastrara a beber hasta llegar a esos extremos, pero eso no quitaba que tuviese que hacerle salir del local, no podia permitir ningun tipo de altercado. En el bar se hizo un silencio sepulcral entre los demas clientes mientras se seguia oyendo la musica. ".- No le voy a servir nada, haga el favor de salir" le dije con determinación, con un profundo temor a que se revolviera violentamente contra mi. Se giró para observar a su alrededor paseando despacio la loca mirada escrutadora entre los clientes que atónitos y atemorizados se separaron aún más y volviendo a mi, me pregunto despues de unos tensos segundos en silencio ".- Eeeh! se debe algo?... no?.... pues vale", como hacia en las otras ocasiones. A continuación, salio por la puerta como si no hubiese ocurrido nada en absoluto. Poco a poco las conversaciones volvieron a animarse entre los cliente y a competir con la musica, todos volvieron a sus vanalidades y a sus discusiones sobre el pasado partido de futbol, o la pelicula de no se quien, o a la sarta de embustes para conquistar los favores de alguna ingenua, pero yo no dejaba de preguntarme si de alguna manera, eramos todos, de alguna forma, tambien los responsables de la caida a los infiernos de mujeres y hombres como aquel pobre desgraciado...?





2 comentarios:

  1. Me gustó tomarme una copa en tu bar.
    Un saludo.

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    1. Siempre seras bienvenido y tambien tus amistades, la ronda corre de mi cuenta.

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