5 de febrero de 2012

DE LA SACRISTIA AL CUARTELILLO


Era el ultimo banquete de novios antes de comenzar la temporada de verano. Entre familiares directos, amigos y allegados sumaban casi 300 comensales.

 Comenzó el espectaculo como siempre se hacia; con un castillo de fuegos en la playa adyacente al hotel  para saludar a la pareja de recien casados, mientras los invitados se abalanzaban, como ordas de famelicos damnificados a las bandejas de croquetas, canapes, brochetas, jamón y diversas delicadezas que servian los camareros intentando, apenas, conseguir dar más de tres o cuatros zancadas por entre el gentío antes de vaciarlas por completo. Vino, cerveza, vermuths, refrescos, cava... litros y litros eran insuficientes para apaciguar las deserticas gargantas de niños, jovenes y adultos que, comiendo a dos carrillos y con las manos ocupadas por las copas y los cigarrillos encendidos hacian peligrar  tanto trapo escogido para las mejores galas  y las ingentes cantidades de laca para sostener esos monumentales crepados de antaño y los barrocos peinados de más que dudoso gusto estético.

Las puertas del salón se abrieron y como un rio desbocado, los comensales, entre risas y vociferantes llamadas a los más pequeños, entraron en un Tsunami humano que se arremolinaba por las mesas buscando su lugar, mientras el equipo de camareras y camareros, con el maitre al frente, resistian en estoica formación.

Apenas comenzó el banquete, un grupo de jovenes con pinta de maquineros poligoneros vestidos con trajes de la primera comunión, se "despistaron" hacia los aseos en pelotón, mientras se servian los entremeses. Unos volvian sorbiendo entre risas y otros se colaron en la sala del Pub, (a traves de la puerta corredera que comunicaba con el salón), con la excusa de poder fumar y así, tomarse la primera de las infinitas copas de la barra libre. Entre plato y plato repetieron, cada vez más "achispados" y a cada nueva ola se les sumaba más comensales. El novio tambien aprovecho la ocasión (de hecho, las ocasiones) para hacer viajes al aseo y pasar por la barra libre a pedirme una copa de Cardhu que se bebia de un solo trago antes de volver a la mesa presidencial. Curiosamente, la novia se turnaba con su nuevo marido en los viajes al baño y las paradas en la barra ( vodka con naranja para ella) antes de volver al comedor y seguir con el banquete.

A la hora del postre, solo estaban serenos los menores (y puede que alguno algo achispadillo por beber de escondidas). Más de la mitad de los invitados incluyendo los recien casados y los corespondientes progenitores estaban fumando, bebiendo y vociferando entre si, por lo que el Maitre, desistio y ordeno abrir las correderas que comunicaban la sala con el pub, antes de tiempo.

Todos querian ser servidos al momento, todos querian ser servidos antes que los demas, pedian por el placer de pedir en una barra libre (aunque tuviesen una copa en la mano, aún por empezar). El novio queria reclamar un trato preferente y que le sirviera mientras su suegro me exigia a gritos que era el padre de la novia y que tenia que atenderle antes que a nadie. Los trescientos invitados estaban acodados en la barra gritando por mi atención y lanzando sus pedidos con las manos extendidas para agarrarse a mi como naufagros a la balsa, como zombies a la victima...

Para variar, estaba solo ante esa marabunta (cuestión de costes adujo el director). Servia con una rapidez que me asombraba a mi mismo, alternando de izquierda a derecha de la barra, sin apenas mirar las caras, casi sin levantar la mirada de los vasos, y las bebidas. Por suerte me habia preparado el servicio para tirar de botellas a mano y no con los dosificadores fijos que teniamos, lo cual me daba más agilidad.

La noche fue larga, muy,  muy larga. Yo tenia orden de ampliar el horario hasta las 06:00 de la mañana, pero no más. Cada vez los invitados estaban más "afectados" entre barra libre y las escapadas a los aseos. Las impolutas prendas de fiesta se transmutaron en arrugadas camisas sudadas y manchadas con las corbatas anudadas en la frente, los vestidos de coctel semidesabrochados en los rapidos escarceos amorosos que ocurrian en los lavabos ( incluidos los del novio con la novia de un amigo de la familia, de lo que fui testigo involuntario) y más de una vomitada por los excesos.

A las 07:00, habiendo pasado una hora del limite, le comunique al novio que la barra estaba cerrada y se daba por acabada la fiesta. Como una fiera, me comenzo a vociferar ".- NO, NO, NO... YO HE PAGADO Y AQUI SE ACABA CUANDO DIGO YO!!". El personal de limpieza acababa de llegar y esperaba atónito por el espectaculo, a que desalojaran para poder limpiar todo el caótico sembrado de cristales de los vasos rotos, serpentinas, vomitadas, papeles, algun zapato huerfano... Intente razonar con la novia, que era la que parecia menos afectada por el coma etilico en que se encontraban el centenar de clientes que aún querian seguir la fiesta. Su marido, en un arranque de excesiva prepotencia, me agarro por la camisa y mentando a mi madre, de forma más que desagradable y poseido como un loco, me exigia que llamara al director pretendiendo hacer valer unos supuestos derechos de "...soy el que paga y se hace lo que yo quiero". Mi primera reacción fué girarle la cara y hacerle una rinoplástia gratuita pero misteriosamente me contuve (no llego a comprender como) y alzando la voz les exigi que abandonaran el Pub inmediatamente: ".- ... y si tiene algo que decir al director se lo dice dentro de dos horas cuando llegue, que yo tambien dire la mia."

Por alguna estraña razón, no llego la sangre al rio. El novio capitaneo a sus invitados y a su nueva mujer  hacia la recepción para quejarse, cruzandose en el camino con el resto de los clientes del hotel que bajaban a desayunar, sorprendidos por el "carnaval" que montaban, mientras yo me dedicaba a recoger botellas y apilar la multitud de cajas de cerveza y  cajas de cascos vacios de refrescos para contabilizar el consumo y pasarles el control a dirección. Hora y media despues, cuando subi a la recepción para dejar la caja, las llaves y los informes de consumo, el recepcionista me interrogó, curioso sobre que habia pasado, ".- Han subido dando gritos y queriendo llamar al director" me dijo ".- Se han encarado con el guarda de seguridad y querian pegarse,al final, ha venido la Guardia Civil y se los han llevado al cuartel para cursar la denuncia que les ha puesto por agresión", yo le explique lo sucedido y le dije que si el director queria saber mi versión, estaria en casa descansando merecidamente.

".- Cuanto garrulo disfrazado anda suelto, les esta bien, que se jodan!" pense mientras cogia la bicicleta para volver a casa y saludaba a los compañeros que me veian, extrañados, salir a esas horas de la mañana despues de estar trabajando 12 seguidas en aquel circo.












(De la sacristia a la comisaria.... menuda noche de bodas!)

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